La franquicia como modelo de negocio más fuerte

Muchos emprendedores se plantean poner en marcha una franquicia antes que un negocio propio. Las razones pueden ser diversas pero, una de las más destacadas es que la franquicia supone un modelo de negocio ya consolidado y validado por quienes crearon dicha marca.

Esto permite al emprendedor gozar de algunas ventajas frente al trabajo ingente que implica crear una marca desde cero, validar el proceso de trabajo y el modelo de negocio, así como comprobar la reacción de la demanda hasta el momento de posicionarse.

El franquiciador aporta formación y posicionamiento de marca a la empresa a cambio de un canon de entrada, permitiendo obtener beneficios al emprendedor más fácilmente que si empezara desde cero.

Por otro lado, también es ventajoso para el empresario el hecho de que no debe costear el 100% de la inversión. El franquiciador acarrea parte de los gastos, lo que supone un beneficio para ambos. Además, al ser un negocio ya validado, es más fácil acceder a la financión de un banco.

El componente de riesgo también es más bajo, ya que se siguen unas normas estándar, tanto en la decoración del local como en los procesos de trabajo.

La colaboración de la empresa en cuanto a soporte y actividades publicitarias también supone una gran ayuda a la que el emprendedor común, que comienza desde cero y con menos inversión, no siempre logra acceder.

Todo ello, comporta que las cuentas de resultados aporten más beneficio al empresario.

Empezar un negocio desde cero no es fácil y, además de una inversión alta, requiere de la experiencia y el apoyo de profesionales. La franquicia es un modelo de negocio que te aporta esas ventajas y supone un win-win para franquiciador y franquiciado.